Todos tenemos un lugar que desde pequeños soñamos conocer, bueno, casi todos, al menos yo sí, pasamos horas viendo fotos en Internet imaginando que ya estamos ahí, mi sueño era Venecia, buscaba fotos, historias, hacía dibujos de los canales y los puentes.
Recuerdo que le decía a mi madre con toda seguridad que algún día iría, todos decían que se hundía cada vez más y que pronto desaparecería, hasta la fecha no creo que eso vaya a suceder, espero que no, porque me ha dejado totalmente enamorada y planeo volver, no quisiera encontrar pura agua a mi regreso.
¡Venecia por fin!
Partimos de Barcelona a las 10 de la mañana y llegamos a Venecia poco después del mediodía, yo no podía más con la impaciencia de ver el Gran Canal y por supuesto que en el aeropuerto se lucieron y tardaron añooos para entregarnos el equipaje 😦 ¡la agonía total!
Teníamos que tomar el Vaporetto para llegar a Venecia, cosa bastante rara, era el equivalente a los autobuses pero en el agua, barquitos con sus rutas y todo, al principio no teníamos ni idea de qué boleto comprar, entre el italiano y los diferentes muelles para tomar el barquito fue un poco confuso, pero lo logramos, encontramos nuestra ruta y nos trepamos a nuestro primer barquito en Italia♥
Llegar a Venecia fue algo más, creo que porque fue mi sueño por muchos años, cuando nos adentramos en la ciudad y empecé a ver los puentes, el Gran Canal, las cúpulas, todo parecía irreal, no podía asimilar dónde me encontraba, me acordé de mis dibujos, me acordé de que hacía unos días estaba viendo la tv en mi casa, y ahora estaba ahí, llegando a Venecia como si nada, así de fácil, así de simple. Se me hizo un mega nudo en la garganta, nótese que soy bastante chillona, así que es algo habitual en mí, sólo que esa fue la primera vez que me sentí tan abrumada, dicho de la manera más positiva posible, en todo el viaje.



¿Alguna vez te han dicho que Venecia huele mal, que es todo súper viejo, que es pura humedad, que fuchi esto y fuchi aquello? ¡Mentiras, gigantescas mentiras! y eso exactamente es lo que me encanta de viajar, tú creas tu propia perspectiva, tu opinión, tus recuerdos, y eso es algo que nadie te puede robar.
Venecia es de las cosas más hermosas que he visto en mi vida, me hace sonreír tan sólo de recordar mis minutos ahí, Venecia es sencillamente perfecta.

No tuvimos un itinerario específico, sólo caminamos y nos perdimos en sus callecitas, en los puentes, en los canales, las tiendas, los puestecitos de pinturas.
Nuestro hotel estaba literal a dos pasos de la Plaza San Marcos, fue de mis hoteles favoritos del viaje, la señora de recepción fue la primera en decirnos “Arrivederci” después de hacer el check in.
Yo quería decirle a todo mundo “buongiorno, grazie, arrivederci” pero a la mera hora siempre me distraía y lo olvidaba, y mi esposo terminaba utilizando él su amplio italiano, a veces me daba un codazo para que yo respondiera, y yo toda apresurada decía “aah si si grazie!”




La primer comida que elegimos fue sin duda pasta, fuimos a Dal Moros, un lugarcito que recomendó Alanxelmundo en uno de sus videos por Italia, pasta suculenta en un recipiente simpático que llevamos a la orilla del Gran Canal frente al Puente Rialto, ¡de lo mejor!
El café también estuvo súper rico, tomé lo más que pude, y a pesar de que nos tocó bastante frío no podía irme sin probar el gelato, ¡delicioso y totalmente obligado en Italia!


Cada paso en Venecia me resultaba mágico, cada cosa que probé, que bebí, que vi, cada rincón me pareció perfecto.
¡Incluso probé el mejor tiramisú que he comido en toda la historia de los postres!


Este fue nuestro quinto destino, habíamos caminado por días y aun así no podíamos parar, sólo nos sentábamos a comer o beber café, recorrimos todo lo que alcanzamos, de noche y de día, porque de noche todo cambia, se ilumina mágicamente, y aunque parezca imposible, se vuelve aún más romántico.

Fue la única ciudad de Italia que visitamos y nos enamoramos totalmente, la comida, la gente, el idioma, la cultura, el café y el gelato, obvi.


Incluso ahora que veo las fotos me resulta irreal el que exista un lugar así, creo que no lo puedes entender hasta que estás ahí, viendo con tus propios ojos, espero tener la oportunidad de volver pronto, iré practicando mi italiano por si acaso.




Ti amo Venezia! ♥
4 respuestas a “El destino soñado: Venecia”